MATÍAS CASTRO
La exhibición del film uruguayo "Gigante" sacudió la modorra del prestigioso Festival de Cine de Berlín. También sacudió la vida de su protagonista, Horacio Camandule, y fue comentada por medios de varios países.
Al teléfono y desde su hotel en Berlín, Camandule se muestra tan entusiasta como incrédulo. Este actor y maestro de la escuela 140 de Punta de Rieles, de 35 años, con 1.97 metros de altura y talle XXL, llegó el sábado de noche a la ciudad alemana junto a su compañera de reparto Leonor Svarcas. Allí se encontró con el director Adrián Biniez y el productor Fernando Epstein y en 24 horas toda su vida fue sometida a un terremoto mediático.
Hasta el domingo ni él ni Svarcas habían visto la película. Gigante se había terminado poco antes en Amsterdam, donde productor, director y director de fotografía le dieron los últimos retoques al color y al sonido antes de ingresarla a la competencia oficial del festival de Berlín, uno de los más importantes del mundo. A las ocho de la mañana del domingo se hizo una función para prensa. Luego vino una conferencia. Al entrar a la sala, cuenta Horacio, los periodistas presentes, que acababan de ver el film, los recibieron con un aplauso. Sorpresivo y halagador comienzo, que Epstein también destaca por el interés que mostraron los medios.
Después se hizo una función para el público en una sala para unas tres mil personas. Camandule, Svarcas y el resto del equipo presente tenían sus asientos marcados, cerca de los que estaba el embajador de Uruguay. La función fue presentada por una chica acompañada por una banda de sonido que remarcaba el momento. El protocolo indicaba que antes de los créditos los actores, el director y el productor se tenían que dirigir a una sala especial. Terminada la película, la presentadora los hacía pasar uno por uno. Camandule estaba tan emocionado que se puso a llorar. De inmediato una maquilladora se le acercó y lo dejó impecable para enfrentar al público. El evento, por lo que cuenta, está pensado hasta el más mínimo detalle.
A la salida de la función Camandule tuvo que pasar por el hall del cine, pero se encontró con algo que no esperaba. La gente le pedía autógrafos e incluso les daba sus propias fotos para firmarlas. "God save Southamerica" le dijo un emocionado espectador. El uso de la imagen es una de las cosas que más lo ha sorprendido. En estas 48 horas que lleva en Berlín ha encontrado el afiche del film por muchos lados, incluso frente a su hotel, donde hay uno bastante grande.
Lo otro que destaca es el agotador cronograma y protocolo que deben seguir. El domingo fueron de fiesta en fiesta, haciendo acto de presencia, tomándose fotos con el tiempo justo, y corriendo para cumplir con todos los compromisos.
Todas las reseñas coinciden en señalar el humor sutil que Biniez maneja, y al que sus actores responden adecuadamente. Durante la proyección, la primera reacción nació del público. La audiencia se rió a carcajadas, según las crónicas, en varias oportunidades. Al final siguió un caluroso aplauso.
Horas después aparecieron las primeras reacciones de la crítica presente. "Una sorpresa muy agradable", comenzaba diciendo Ernesto Pérez, de la agencia ANSA. "Fue Gigante, un film de modestos recursos, contado con ese minimalismo típico rioplatense, con un buen toque de ironía uruguaya. Hecho de tonos tenues y de un humor sardónico tan eficaz como imperceptible, Gigante es un collar de perlas de conducta que revelan la humanidad profunda del protagonista encerrado en un cuerpo de las dimensiones de un armario".
El comentario no es menor, teniendo en cuenta que el film tuvo que medirse en la misma jornada con la inglesa Rage, de Sally Potter, y Mammoth, de Lukas Moodyson. "Latinoamérica ha entrado a lo grande en la competición en la Berlinale", comenzaba diciendo el diario español El Mundo. "Con diferencia es la película más sólida de la jornada". Por su parte, Diego Batlle, de La Nación, destaca el extenso abucheo que recibió Mammoth. "En medio de tantas películas ampulosas e infladas (desde todo punto de vista)", dice, "la exhibición de una modesta, sencilla y querible historia de amor... resultó una bienvenida rareza que el público y la crítica supieron saludar con generosos aplausos".
El portal español Diario Sur dijo "El pequeño film latino Gigante se hace grande en la Berlinale". Su colega ABC afirmaba que "No es que la historia tenga gracia, pero el tipo (Camandule) sí, pues es como un San Bernardo con su tonel de whisky detrás de esa muchacha triste".
Jay Weissberg, de Variety de Estados Unidos reparó en cambio que "El debut de Adrián Biniez, con un largometraje lento, falló al inyectar frescura en un cuento de un solo lado" y agrega "Gigante lleva la palabra `festival` escrita encima, y suficientes programadores la contratarán para subsidiar su gira mundial". The Hollywood Reporter fue prudente: "es impecable pero distante, le falta espontaneidad y no es muy original. Así y todo, debería encajar bien en festivales y proveer al debutante director y guionista con una buena carta de crédito".
Camandule escuchó algo sobre esos comentarios. Pero prefiere contar que tuvo que pedir algo de ropa prestada para viajar al festival. Todo un esfuerzo para un maestro y actor de teatro, ahora "estrella" en Berlín.
Emoción: "Que Dios
bendiga a Sudamérica"
exclamó un espectador
tras la función del film.
El estreno en Uruguay y la venta a varios países
Desde Berlín, Fernando Epstein se muestra prudente a la hora de hablar sobre el futuro del film. Afirma que en Uruguay se estrenará en mayo, aunque no dice con seguridad si será el 6, tal como se ha comunicado, ya que aún le falta mucho por hacer. También está excepcionalmente contento por el interés que han mostrado distribuidores de todo el mundo.
Ayer por la mañana, se levantó con una llamada de The Match Factory, empresa que es su agente de ventas internacionales, y que le consultaba por posibles compradores. En principio, entre cinco y diez países podrían comprar Gigante para exhibiciones comerciales. Los festivales son cuestión aparte, y dependen en algunos casos de los distribuidores locales y sus respectivas estrategias promocionales con el film.
Tienen, entre otras, la oferta para participar del prestigioso Bafici, festival argentino que es ya una referencia en la región. Aún les queda mucho trabajo por hacer. El jueves Epstein regresa a Uruguay.