POST ESPECIAL

Hace muy pocos días se sumó a mis visitantes alguien muy especial: MI HERMANA JANNETH.
Hace ya unos cuántos años, dediqué unas líneas a ella. Lo curioso es que no guardé ese poema (afortunadamente ella sí).
Hoy -luego de que abundante agua ha corrido bajo el puente- me encuentro con este tema de mi amigo Robert Zimmermann (Bob Dylan para los íntimos) que quiero dedicarle
Pido disculpas por lo estrictamente personal del post pero...
When the deal goes down (Cuando se acabe el trato)



En la quietud de la noche, con la más anciana luz del mundo
Donde la sabiduría se nutre de conflictos;
Mi desconcertante cerebro trabaja en vano
A través de la oscuridad de los senderos de la vida.
Cada plegaria invisible es como una nube en el aire.
El mañana mantiene sus plazos, vivimos y morimos sin saber porqué.
Pero yo estaré contigo cuando la partida termine
Comemos y bebemos, sentimos y pensamos.
Por las calles nos perdemos.
Río y lloro. Soy atrapado por cosas que nunca imaginé ni he deseado pronunciar.
La lluvia sigue al tren en la medianoche.
Todos usamos la misma corona de espinas.
Alma con alma, nuestras sombras ruedan.
Y cuando se acabe el trato, yo estaré contigo.
Bueno...la luna nos da su luz y brilla en la noche (sin miedos siento su resplandor)
Aprendemos a vivir y recién después a perdonar,
En la ruta que estamos destinados a transitar, mas endebles que las flores.
Estas preciosas horas nos mantienen fuertemente en el rumbo.
Vos llegas a mis ojos como una visión de los cielos.
Y cuando todo termine, seguiré a tu lado.
Corté una rosa y me pincha a través de la ropa.
Yo que he seguido las corrientes del viento,
He oído ruidos sordos, he sentido juegos pasajeros,
Sé muy bien que no son lo que parecen.
En este dominio terrenal, lleno de desencantos y penas,
Vos nunca me viste fruncir el ceño con desaprobación.
Te entregué mi corazón y eso es la pura verdad,
Como que estaré contigo, cuando esta partida termine.

Bob Dylan

Vivir sin buscar

Aporte maravilloso de mi cómplice favorita (maravillosa ella y la amistad que me regala siendo)

Habrá que vivir

Vivir sin buscar

Sabiendo que nada

Ya se ha de hallar

Cuando uno ha encontrado

Su exacta verdad

Hay que acostumbrarse

A vivir sin buscar

Y aunque sea efímera

Aunque sea letal

Aunque sea débil

Es propia verdad

Y vendrá otro tiempo

De dejarse hallar

Sabiendo un hallazgo

Dejarse encontrar

Y tal vez reír

Y tal vez amar

Pero se hace duro

Vivir sin buscar

Faltará ese reto

Faltará ese afán

Faltará el después

Y el "ya no va más"

Faltará la urgencia

Por escudriñar

Faltará esa prisa

Por ver más allá

Y no habrán preguntas

Solo habrán certezas

Vivir sin buscar:

La "no vida" empieza

5 de agosto de 2007

Rosana



LOS INVISIBLES


Los invisibles vivimos en un sitio tan al sur de la vida, que acá el frío cansa.

Nuestra mirada es transparente (como todo nuestro cuerpo, claro) y de tanta transparencia, la gente no cree que existamos.

En cierto modo es lógico: Dios ya tiene hace tiempo ese problema (y para colmo, sus representantes no son creíbles). Los extraterrestres en cambio, gozan de mayor gloria. Pero claro, a ellos hay quienes aseguran haberlos visto.

Nadie nos ve; estamos, vemos, oímos, tocamos, hablamos, sentimos... pero no nos ven... es más, no nos vemos. Suponemos que estamos cerca cuando nos escuchamos unos a otros, pero cuando los visibles nos oyen, nos catalogan de "alucinaciones" o "residuos del estres".

Por eso nuestro mayor problema no es la discriminación o el prejuicio, no. Nuestro drama es la indiferencia. Todos pasan por nuestro lado y siguen sin notarnos (salvo honrosas excepciones de vigorosos iderealistas, que superan la miopia social y nos mantienen en reserva).

Y así vamos, dudando a veces de nuestra propia existencia, creyendo en la posibilidad de que tener un color será lo de menos mañana (y una idea útil lo de mas). Buscando y buscándonos para darnos cuenta de nuestro valor, no a pesar de la transparencia, sino gracias a ella.

Los atributos físicos solo sirven para los vacíos torneos, con vacíos contenidos, en los cuales los vacíos participantes admiran a la madre Teresa de Calcuta, Gandhi, Martin Luther King, Lennon, el Che o el Papa (el anterior... el actual es -todavía.- políticamente incorrecto). Sin prestar atención a la vida, pero a la vez declamando frases que te enseñen a transitarla.

Los visibles admiran mucho las imágenes (quizás por ello llenan sus paredes de ellas), pero no ven la escencia... aprenden de memoria frasecitas breves de personas cuya vida dice muchísimo más que cualquier frase suelta, pero eso los hace sentirse realizados.

Hoy en día, son pocos los visibles con voluntad, tiempo y ganas de escarbar más allá de sus propios prejuicios y ver.

Entre tanto (y entre tantos), los invisibles vamos y venimos. La falta de consistencia corporal a veces pesa un poco... hasta que vemos algunos visibles, con una grosera falta de consistencia intelectual, y que sin embargo parecen sentirse plenos.


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Raúl