Hace algunos días, mi hijo de menos de 5 años me preguntó: "Papi, ¿estamos en un mundo al revés, no?"
En el primer momento no supe qué contestrale. Luego le aseguré que sí (quizás debí decirle que con el tiempo se acostumbraría).
Recordé el libro de Eduardo Galeano: "PATAS ARRIBA"
Pero sin duda alguna estamos en un mundo al revés. Le prohíben a los niños menores de 9 años entrar al cine a ver Spiderman 3, pero sintonizando el programa de Tinelli pueden ver desnudos al mejor estilo de cualquier "cabarulo".
Los periodistas corren detrás de las declaraciones de Gregorio Álvarez que ademas de facsista esá cenil.
Los Peirano mandan cartas a los medios de prensa (y son publicadas) quejándose de no tener condena. Si los medios le dieran la posibilidad de publicar sus quejas a todos los reclusos sin condena, tendrían que agregar una sección especial a sus ediciones.
Mientras en el mundo suceden desgracias naturales horrorosas, guerras, bombardeos, hambrunas, genocidios y otras tantas calamidades, las autoridades de la Iglesia Católica sacan comunicados anunciando que deja de existir el limbo.
Las mismas personas que sostienen que "a los presos hay que matarlos a todos" se conmovieron y solidarizaron con un preso PORQUE ESTUVO EN LA CASA DE GRAN HERMANO!!!
Las mismas personas que defienden la causa de los ahorristas de los bancos cerrados en la crisis del 2002, piden que "den vuelta la página" con el tema desaparecidos.
Los mismos que alzan su voz en favor de la libertad de prensa en Venezuela, por la decisión de Hugo Chavez de cerrar RCTV, desarrollaron en nuestro país políticas de publicidad oficial, que obligaron a medios como Guambia a dejar de salir a la calle.
Sin duda Sebita, estamos en un mundo al revés.
Y lo peor de todo, es que nos estamos acostumbrando
¿Problemas de familia?
Hace unos días Fernanda Rial, una joven de 26 años, casada con un agente de Prevención del Delito de la Jefatura de Policía de Montevideo, fue asesinada por éste.
El hecho tuvo una amplia cobertura periodística, pero como casi siempre las crónicas se centraron básicamente en el hecho puntual del asesinato y en la condición de agente de Prevención del Delito (nada menos) del asesino.
El hecho en sí, tiene aristas mucho más complicadas.
En el día de hoy, el programa “No toquen nada” (Océano FM) presentó un informe por demás preocupante del caso.
El policía tenía -desde fines del año anterior- órdenes de la justicia de no acercarse a menos de trescientos metros de su víctima. Para la Jefatura de Montevideo (y para la Comisario Inspector Scelza, superior del agente) dicha órden data del 2 de abril del presente año.
Eso, y el hecho de que –según Scelza a “No toquen nada”- con el cambio de Ministro del Interior “se traspapeló” la órden, dio lugar a que el agente cumpliera su tantas veces anunciada amenaza.
Ahora es tarde, Fernanda fue ultimada delante de sus hijos.
Todo hasta aquí es por demás preocupante. Pero si analizamos el excelente informe elaborado por Florencia Melgar para “No toquen nada” (pueden escucharlo en http://www.oceanofm.com/) descubrimos que es mucho más grave aún. Para la Comisario Inspector Scelza, no se tomaron cartas en el asunto anteriormente, porque las denuncias iniciales eran “problemas de familia” y no lo consideraba violencia doméstica. ¿Quién le dice a Scelza que tiene derecho a definir ese límite?.
Peor aún, comentaba Joel Rosenberg (conductor del programa) que los agentes que conocían al asesino de Fernanda manifestaban (cuando Melgar apagaba el grabador) “entender” la reacción de su colega, por el hecho de que había dejado a su anterior pareja por Rial y ella lo estaba dejando ahora.
¿Qué nos está pasando como sociedad?. ¿Cuál es el mecanismo por el cual justificamos casi cualquier cosa con argumentos tan idiotas?. ¿Qué pasa con las autoridades del Ministerio del Interior que no toman cartas en el asunto?. ¿Es digno que la persona encargada de Prevención del Delito admita no haber tomado cartas en algo porque “se le traspapeló” la órden judicial que podía evitar un asesinato?.
¿Por qué nuestro periodismo es en general tan mojigato y se dedica casi en exclusividad a mostrar los hechos de sangre sin un solo análisis? Como si de ficción se tratara.
Mientras estoy escribiendo esto, mientras usted lo está leyendo, una persona está siendo víctima de violencia doméstica. Esperemos que las autoridades no pongan más la excusa febril de “problemas de familia”, como si de trapitos que “se lavan en casa” se tratara.
El hecho tuvo una amplia cobertura periodística, pero como casi siempre las crónicas se centraron básicamente en el hecho puntual del asesinato y en la condición de agente de Prevención del Delito (nada menos) del asesino.
El hecho en sí, tiene aristas mucho más complicadas.
En el día de hoy, el programa “No toquen nada” (Océano FM) presentó un informe por demás preocupante del caso.
El policía tenía -desde fines del año anterior- órdenes de la justicia de no acercarse a menos de trescientos metros de su víctima. Para la Jefatura de Montevideo (y para la Comisario Inspector Scelza, superior del agente) dicha órden data del 2 de abril del presente año.
Eso, y el hecho de que –según Scelza a “No toquen nada”- con el cambio de Ministro del Interior “se traspapeló” la órden, dio lugar a que el agente cumpliera su tantas veces anunciada amenaza.
Ahora es tarde, Fernanda fue ultimada delante de sus hijos.
Todo hasta aquí es por demás preocupante. Pero si analizamos el excelente informe elaborado por Florencia Melgar para “No toquen nada” (pueden escucharlo en http://www.oceanofm.com/) descubrimos que es mucho más grave aún. Para la Comisario Inspector Scelza, no se tomaron cartas en el asunto anteriormente, porque las denuncias iniciales eran “problemas de familia” y no lo consideraba violencia doméstica. ¿Quién le dice a Scelza que tiene derecho a definir ese límite?.
Peor aún, comentaba Joel Rosenberg (conductor del programa) que los agentes que conocían al asesino de Fernanda manifestaban (cuando Melgar apagaba el grabador) “entender” la reacción de su colega, por el hecho de que había dejado a su anterior pareja por Rial y ella lo estaba dejando ahora.
¿Qué nos está pasando como sociedad?. ¿Cuál es el mecanismo por el cual justificamos casi cualquier cosa con argumentos tan idiotas?. ¿Qué pasa con las autoridades del Ministerio del Interior que no toman cartas en el asunto?. ¿Es digno que la persona encargada de Prevención del Delito admita no haber tomado cartas en algo porque “se le traspapeló” la órden judicial que podía evitar un asesinato?.
¿Por qué nuestro periodismo es en general tan mojigato y se dedica casi en exclusividad a mostrar los hechos de sangre sin un solo análisis? Como si de ficción se tratara.
Mientras estoy escribiendo esto, mientras usted lo está leyendo, una persona está siendo víctima de violencia doméstica. Esperemos que las autoridades no pongan más la excusa febril de “problemas de familia”, como si de trapitos que “se lavan en casa” se tratara.
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