LE DECÍAN "EL GATO"

Se llamaba Orcilio (nombre curioso por cierto), le decían "El Gato"
Tuvo cinco hijos, una esposa (que aunque ahora es su viuda, sigue sintiéndose su esposa).
Tuvo -seguramente- muchos sueños, unos cuántos planes y algunas locuras... pero prefirió dedicarse a vivir sencillamente.
Tuvo algunas novias (algunas incluso ilegales) un puñado de amigos y muchos vecinos que lo querían cabalmente.
Tenía un humor a prueba de pruebas, una mirada serena y determinada, unos cuántos dichos populares que salían a flor de labios y un pavor impresionante a los médicos (y a todo lo que ellos representaban).
Tuvo seguramente mucho miedo aquel día (hace hoy, exactamente 31 años) y quién sabe lo que pasó por su cabeza, cuando la muerte vino a buscarlo.
Tenía entonces un hijo niño, otro adolescente y los otros tres apenas terminando de ser adultos, que no se esperaban (como él no se esperaba) un desenlace tan implacable.
Tendría hoy 81 años, once nietos y seis bisnietos... y cientos de ocurrencias para regalarles.
Y yo tendría a mi padre, "el Gato" maravilloso que tanto amé y amo, sin el cual aprendí a vivir... y que ahora me entiendo, cuando me doy cuenta de lo difícil que es ser padre.
Salud Gato, gracias por los poquitos pero hermosos años que me regalaste.
Todavía te amo.

Mis seis años... a mi derecha "El Gato", a mi izquierda mi vieja

No hay comentarios:

Publicar un comentario

manos sobre manos