Me encontré un buen día, de golpe
escondido en la nada
en ausencias a borbotones
y presencias camufladas
Noté entonces de inmediato
que de tanto mutismo
estoy mutando en bufón
que se burla de si mismo
quizás sea un poco cobarde
sin pesar lo asumo
ni creo que sea digno de alarde
pero me quedo en mi cama
hasta que llegue (si llega...
y eso espero)
esa vuelta de tuerca que traiga
algo parecido a la canción más hermosa del mundo