ALFREDO...

Fue hace veinticinco años. Alfredo volvió luego del exilio al que lo condenó la dictadura más cruel y desalmada que recuerda este paisito.
Pero no abundaré en lo político (aunque tratándose de Alfredo, se vuelve ciertamente imposible no tocar lo político).
Es la voz más representativa del sentir uruguayo.
Tanto es así, que -precisamente- los mismos militares que debían custodiar que su música no sonara en esos años oscuros, lo oían a escondidas de sus superiores.
Así era Alfredo. Superó todas las barreras posibles, simplemente haciendo lo que sabía hacer: CANTAR.
Traje sobrio, aspecto entre desafiante y sombrío.
Podía cantarle a lo más comprometido, como cuando hizo LA CANCIÓN QUIERE, dedicada a los ocho trabajadores comunistas (como él), acribillados cobardemente por un comando militar.



Pero también se permitía dedicarle canciones a cosas simples: su hijas, su perro.



Las guitarras, el tono de voz, la postura en los recitales... no se requería despliegue alguno, él y su voz convocaron siempre por sí sólos. Él y su voz podían describir lo que sentía un pueblo amordazado por la prohibición de palabra, de pensamiento.



También podía oírsele cantarle al amor, a la mujer, a los vaivenes de las relaciones amorosas.



Cuando se fué, el escritor Eduardo Galeano recogía en su LIBRO DE LOS ABRAZOS, una anécdota contada por el magistral Juceca.

El cantor

CUANDO ALFREDO Zitarrosa murió en Montevideo, su amigo Juceca subió con él hasta los portones del Paraíso, por no dejarlo solo en esos trámites. Y cuando volvió, Juceca nos contó lo que había escuchado.

San Pedro preguntó nombre, edad, oficio.

-Cantor -dijo Alfredo.

El portero quiso saber: cantor de qué.

-Milongas -dijo Alfredo.

San Pedro no conocía. Lo picó la curiosidad, y mandó:

-Cante.

Alfredo cantó. Una milonga, dos, cien. San Pedro quería que aquello no acabara nunca. La voz de Alfredo, que tanto había hecho vibrar los suelos, estaba haciendo vibrar los cielos.

Y Dios, que andaba por ahí pastoreando nubes, paró la oreja. Y contó Juceca que ésa fue la única vez que Dios no supo quién era Dios.


Por estos días, la Fundación Alfredo Zitarrosa exhibe en el Ministerio de Tranporte y Obras Públicas una muestra recordando los veinticinco años del regreso al Uruguay de Alfredo, y me pareció de rigor intentar homenajearlo.
Ojalá haya estado a la altura de las circunstancias.
Si no fue así pido disculpas... y les dejo un poquito más de Alfredo.



11 comentarios:

  1. Sos un genio exponiendo Raùl.
    Deberias haber dedicado al periodismo... jeje
    De verdad lo digo!!
    Estuve recorriendo esta mañana tu blog que hacia tiempo no lo visitaba y me llena de alegria lo que aqui compartes...
    El amor nos enseña con el aprendemos que el universo es pequeño y que cada dia es un regalo....
    Beso enorme.

    ResponderEliminar
  2. De chico en casa escuchaban a Zitarrosa y a los Olimareños. En realidad ahora me dan ganas de ir al estadio a ver a estos últimos pero para verlos mas o menos bien tengo que arrancar un cajero automático para pagar la entrada, asique no se.

    Muy buena la información y espectacular poder escuchar en linea un ratito a este monstruo. GRACIAS
    saludos
    kualquiercosario

    ResponderEliminar
  3. Triste epoca aquella Raul no???
    Aunque no me retes.. jamas había oido cantar a ALFREDO.. si oí su nombre pero jamas me detuve en sus canciones hasta ahora!!!
    Es un buen homenaje... quedate tranquilo... lo recuerdas y eso es mas que bueno!!!
    Besos cielo, perdon por haber dejado de pasar, pense que como te dije un dia se habia vuelto este un lugar de dos...!!!
    Estoy de vuelta!!!
    Y ademas espero que estes bien, como te mereces!!!
    Feliz finde!!!

    ResponderEliminar
  4. Excelente homenaje, yo solo lo conozco de nombre, creo que la primera vez que escucho un tema suyo es ahora que los subiste.

    Bien por hacer u chacho de cultura (como dice “Clemente “)

    PD: en tu otro blog, estoy tratando de comentar desde que publicaste la nota sobre como encró la prensa el caso de la desaparición de una jovencita y no me deja, tenes idea de poruqé?

    ResponderEliminar
  5. vine a verte, a leerte y a sentirte un poco mas cerca..

    besos

    ResponderEliminar
  6. que tal..
    pasaba a saludarte
    te dejo un fuerte abrazo..

    ResponderEliminar
  7. Lamentable lo mio, digo... el comentar desde tu propia compu... jé, jé! pero las cosas se dieron así... afortunadamente!
    Sobre el post, es muy buena la info que nos brindas. A Alfredo le pasó lo que a todas las personas de aquella época les sucedía cuando abrían la boca para decir verdades, debía huir o soportar torturas.

    Besitos para tí y gracias por los aportes que nos hacés a todos.

    ResponderEliminar
  8. grande ALFREDO!!! una voz que cuando la escuchas, te remueve el alma desde muy adentro. Tenemos que escuchar el disco de vinilo, no hay como el ruido de la pua en este caso...un beso.

    ResponderEliminar
  9. Hola chicos! quería saludarlos a ambos (supongo que estarán disfrutando de esta "Montevideo" seudo-otoñal!

    un gran abrazo para los dos.....perdón para los tres!

    ResponderEliminar
  10. Olvido
    Pero qué alegría inmensa volverte a ver por acá!!!
    Gracias por los elogios y por tus palabras Cari.
    Te mando un beso gigantes y estamos en contacto.

    Andrew
    Tenés razón con lo de los Olimareños. Me gusta muchísimo su arte, pero se les fue la mano con las entradas (y la verdad, me cayó muy gordo un puesto de merchandising que tienen en la Terminal 3 Cruces).
    Respecto a Alfredo, te cuento que en casa, cuando yo era niño me encantaba escucha Taipero, un tema en el que Alfredo deja explotar todo su caudal de voz y su forma de decir.
    Un abrazo.

    SOL
    No tengo por qué retarte. En todo caso me alegra ser quien te lleve los primeros acordes de Alfredo a tus oídos.
    Respecto a este espacio, pasa cuando gustes. Como habrás notado, mi vida sí se transformó en una vida de dos (o de tres, como bien dice Lucía), pero MUCHAS MANOS... sigue siendo un espacio abierto.
    Besos

    kolo
    Me alegra que te haya gustado el homenaje. Cuando uno trata de hablar de alguien a quién admira tanto, es difícil no caer en lugares comunes. Y tu juicio es uno de los que esperaba con más ansiedad.
    Respecto al otro blog, no tengo idea de qué pudo haber pasado. Acabo de visitarlo y en apariencia estaba todo bien.
    Un beso a Sofi.

    Angel de las mil violetas
    Otra vuelta bienvenida!!! (junto con FeRReT y Olvido sos casi una fundadora de MUCHAS MANOS...).
    Siempre estoy cerca tuyo mi angel favorito.
    Mil besos (uno por cada violeta)

    Allek
    Gracias por la visita y el saludo, pero para ser honesto no recuerdo que hayas pasado por acá antes.

    La impuntual...
    Maravilloso lo tuyo!!! Viniendo a compartir conmigo parte de esta semana y a regalarme toda tu ternura.
    Me alegra que te haya gustado amor.
    Millones de besos

    ResponderEliminar
  11. CASANDRA
    Tenés toda la razón del mundo, NO HAY COMO EL RUIDITO DE LA PÚA!!!. Es maravilloso cómo uno aprende a valorar las cosas ¿no?. Porque cuando surgió el cassette, uno agradecía que ya no había ruido de la púa (ni que hablar de cuando apareció el CD).
    Ahora, con el paso del tiempo, uno extraña aquello que le remite a remotas vivencias.
    Besos.

    Lucía.uy
    Gracias Lu!!! Tenés razón, somos tres ahora (y no sabés cómo disfruta el enano!!!)
    Besote

    ResponderEliminar

manos sobre manos