VICTIMAS, VICTIMARIOS Y POLÍTICAS TRIBUNERAS

Esta mañana ví un spot de la Junta Nacional de Drogas, en el que se dramatiza una situación de una familia, en la que un joven incurre en el consumo de pasta base.
Según lo mostrado en el corto, el joven se hace rápidamente adicto y -casi simultáneamente- inicia una vida delictiva que lo lleva incluso ´(según lo que se ve) al hurto de los propios bienes familiares.
Es preocupante que el gobierno se ocupe de un tema tan delicado, tan a la ligera. No quisiera entrar en polémicas sobre datos porcentuales de cuántos de los que consumen incurren en conductas dolosas. Simplemente quiero hacer notar que este comercial institucional, encadena al consumo de una droga concreta dos elementos: la juventud y la delincuencia.
Según este razonamiento, los adultos no consumen pasta base, los jóvenes que la consumen cometen delitos, las familias son víctimas y los consumidores victimarios.
Creo que es riesgoso estigmatizar tan burdamente un problema social. De este modo, creo yo, no se lograría otra cosa más que generar la sensación de que hay que atacar las consecuencias del consumo de drogas ilegales, no sus causas.
Y no es un tema menor. Nuestro gobierno (que se autoadjudica el rótulo de "progresista") debería analizar estos temas de un modo en el cual se ataquen las verdaderas raíces del problema.
Seguimos con una legislación que prohibe la comercialización de ciertas drogas, no su uso (como si tales sustancias crecieran en los árboles o llovieran). De este modo, quien quiera consumir debe incurrir -indefectiblemente- en el delito de comercialización. Esto no a cambiado y el gobierno no parece tener apuro en modificarlo.
En cambio, aparecen estas muestras que van en consonancia con algunas opiniones a la ligera, que no solo no solucionan nada, sino que agravan más el problema. Pero la suma de esas opiniones son votos, y cuando la tribuna ruge hay que escucharla